En dichas visitas estudiaron los accesos a las salas, conocieron los patrones de vigilancia, realizaron croquis, y averiguaron adicionalmente sobre el valor de ciertas piezas para seleccionar las que hurtarían, mismas a las que les tomaron fotos.
[7] El museo lució por varios meses tras el hurto las vitrinas vacías con un cartel señalando el robo.
Por semanas los policías investigadores localizaron a Carlos Perches y lo detuvieron en junio de 1989.
Fueron recuperadas 111 piezas del clóset de Perches, donde se conservaban ocultas desde el robo.
Siete de las piezas robadas fueron conservadas por Ramón Sardina quien logró ocultarse permaneciendo desde entonces prófugo.
El museo decidió montar una exposición temporal por varios meses en donde se expusieron las piezas robadas con el fin de comunicar a la sociedad mexicana su valor.