Regresó luego al país y vivió en la clandestinidad hasta su secuestro definitivo.
Quieto era estudioso e ingresó en el Colegio Militar de la Nación para evitar hacer el servicio militar obligatorio para lo cual debió obtener una beca ya que su padre estaba en desacuerdo.
Primero estuvo afiliado al Partido Comunista, pero se fue en 1963 con el grupo que encabezó Juan Carlos Portantiero.
Duró en total unos 50 minutos, participaron alrededor de 50 guerrilleros (o 36 guerrilleros, 12 mujeres y 24 hombres, según algunas versiones) que se replegaron en cinco camionetas y tres autos previamente robados para esa acción.
En febrero de 1974 volvió a ser detenido pero fue liberado tras movilizaciones callejeras y mucha presión.
Para los encuentros familiares Quieto prefería los lugares concurridos, en primer lugar porque pensaba que era más probable pasar desapercibido, en segundo término porque consideraba más factible la huida y en tercer lugar porque juzgaba que si era capturado frente a otras personas era más difícil que se negara su detención.
[4] Cuando ya habían pasado las siete de la tarde y Quieto tenía en brazos a su sobrino Manuel de un año aparecieron alrededor de diez personas portando armas largas con las que apuntaron al grupo luego de hacer unos disparos al aire, ordenaron hacer cuerpo a tierra y se dirigieron hacia él al mismo tiempo que otras que hasta el momento aparentaban ser paseantes.
A pedido de Quieto la persona que dirigía el operativo se identificó con una credencial como Inspector Rosas, de la Policía Federal y pese a que su esposa trató de resistir, lo redujeron con violencia a culatazos en la cabeza, lo arrastraron hasta un auto y partieron velozmente.
[5] La familia se comunicó con los medios de prensa y obtuvo que radio Colonia diera de inmediato la noticia que al día siguiente publicarían El Cronista Comercial y Clarín.
Según declaró Roberto Perdía ante el juez, Harguindeguy habría dicho que eso sí iba a ser una dictadura y no una «dictablanda», como había sido la de Agustín Lanusse.
Según declaró la esposa de Norberto Habegger, Harguindeguy habría dicho que las Fuerzas Armadas iban a efectuar todo tipo de acciones tendientes a la detención, persecución y luego exterminio de toda persona involucrada en la organización Montoneros y otras relacionadas con ideas políticas afines a la misma.
En primer lugar porque tenían prohibido el contacto con familiares y en segundo término porque había permanecido largo tiempo en una playa pública sin armas ni custodia de ninguna naturaleza.
Al comienzo de su incorporación a las FAR Quieto llevaba una vida pública de ciudadano común y corriente, sin ninguna actividad política, al mismo tiempo que militaba secreta y clandestinamente en la organización.
Si bien nunca abandonó su puesto, era evidente que no encontraba salida para su situación familiar.
Al referirse a la resolución que impuso la pastilla de cianuro, expuso Ana Longoni: Finalmente, para Lila Pastoriza: