Este término indica exclusivamente los canales, naturales o artificiales, bordeados por edificios o calles, que separan las numerosas islas que componen el centro histórico.
[1] Algunos rii, aunque han sido rectificados por exigencias urbanísticas, siguen el recorrido de antiguos canales naturales de la laguna y presentan por tanto un recorrido no rectilíneo.
Otros rii, sobre todo los que tienen un recorrido perfectamente rectilíneo, tienen un origen completamente artificial.
La red de los rii es capilar y cubre prácticamente todo el territorio urbano, permitiendo así alcanzar por el agua cualquier zona de la ciudad, condición esencial para que la navegación interior permita el transporte de personas y mercancías.
[2] En el curso del siglo xx, sin embargo, también se registró, aunque de manera limitada, la tendencia opuesta, con la creación y apertura del Río Novo en la época entre las dos guerras mundiales como nueva arteria entre el Gran Canal y la zona del Piazzale Roma, y la reapertura del último tramo del Río della Crea, soterrado en 1837, en el sestiere de Cannaregio.