El escritor Alfredo Alzugarat recuerda su contacto con Richard Piñeyro a fines de 1972 e inicio de 1973, cuando compartían la militancia clandestina y conversaban sobre poesía: "Recuerdo su hablar apasionado, la mirada intensa de sus ojos saltones, las palabras rápidas, pretendidamente contundentes, que escapaban de sus gruesos labios.
Nos animábamos a soñar entre el acoso diario y los golpes de la debacle".
[2] Integró el grupo Ediciones de Uno , un colectivo de artistas que combinaron experimentación poética y gráfica, con militancia social.
En el sello editorial del grupo fueron publicados casi todos sus libros, que aparecieron entre 1982 y 1992.
[3] Según Luis Bravo, su poesía "es de esas que salen al mundo con el alma desnuda, sin artificios verbales, con un algo de sino trágico como tocado con sordina.