Estudiante brillante, tras obtener el Premio nacional de Bachillerato, se trasladó a Pamplona.
Pero antes de concluirla, se instaló en Madrid, donde hizo un parón en su actividad filosófica.
[2] En 1993 abandona la Editorial Rialp, y retoma a la actividad universitaria, tras doce años de interrupción.
Hacer filosofía es poner entre paréntesis la urgencia de lo cotidiano, la necesidad del triunfo, el aquí-ahora que exige la ciudad moderna, y pararse a pensar, detenerse.
Poco después, recopila toda una serie de comentarios, críticas, puntos que necesiten ser clarificados, e imprecisiones para reescribir el libro, dentro de tres o cuatro años.