[2] Realizó los estudios de enseñanza primaria en el Liceo Francés.
Terminada la guerra, regresaron a Madrid, menos el padre, que se vio obligado a exiliarse, primero en Nicaragua y después en Chile, donde murió en 1946.
Otro autor al que leyó por aquella época es Ortega.
Le gustaba especialmente El espectador, su estilo literario y la brillantez de su prosa.
También leyó a Zubiri, en concreto, la obra titulada Naturaleza, Historia y Dios.
[2] Por razones familiares, decide estudiar Derecho (tras haberse planteado hacer matemáticas), ya que esta carrera le brindaba la posibilidad de incorporarse al bufete de su tío.
En 1950, Polo comienza a trabajar con un concepto que marcará su obra como filósofo.
Se trata del límite mental, que influirá de algún modo en pensadores como Trías.
En Roma entra en contacto con juristas como Del Vecchio y Capograssi, y se dedica a desarrollar su hallazgo de 1950 vinculada con el tema de su tesis doctoral "El carácter existencial del Derecho natural".
Sin embargo, termina centrándose en la filosofía, alejándose de los enfoques jurídicos.
Terminada la carrera de Filosofía realiza los cursos de doctorado en Madrid y comienza la tesis doctoral en filosofía, dirigida por Antonio Millán-Puelles.
En ella lo presenta como un voluntarista frente al tópico habitual de encuadrarlo como racionalista.
Esto llamó la atención de pensadores como Paul Ricoeur, que a su paso por Navarra en 1967 preguntó por Leonardo Polo, aunque no le pudo hallar, pues en esas fechas Polo ocupaba ya la cátedra de Fundamentos de Filosofía en Granada, obtenida por oposición en 1966.
La tesis doctoral sobre Descartes, editada en 1963 bajo el título Evidencia y realidad en Descartes obtuvo el premio Menéndez Pelayo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
Tras obtener dicha plaza, permaneció dos años en Granada, impartiendo su magisterio.
Entre 1964 y 1969, impartió clase durante el verano en la Universidad de La Rábida (Huelva).
Concretamente visitó e impartió su magisterio académico en universidades como la Panamericana de México (1979, 1983 y 1990); la Universidad de Piura (Perú), a la que viajó diecisiete veces en el periodo 1983-1999, y donde recibió el doctorado honoris causa (1994); la Universidad de la Sabana en Bogotá (Colombia), donde estuvo cinco veces entre 1986 y 1997; y la Universidad de Los Andes (Santiago de Chile), en seis ocasiones entre 1987 y 1998.
En España, visitó catorce veces la Universidad de Málaga, entre 1979 y 1998.
Dicho límite puede abandonarse, y al hacerlo se afrontan los grandes temas de la filosofía de una nueva y más fecunda manera.
La detección del límite mental se corresponde con el descubrimiento de la inserción del operar intelectual en el ámbito de la persona que lo ejerce.
El abandono del límite, entonces, permitirá acceder al ser extramental, en cuanto que independiente del pensamiento humano y no referido a él.
Y también, por otro lado, al propio ser personal, que no se agota en la mera índole pensante de la persona, ni se refiere tampoco a ella.
Por su parte, la esencia extramental es la analítica del principio: su análisis en los distintos sentidos de la causalidad.
Pero el universo es creado, porque su existencia depende de Dios: la causa no contradictoria remite a la identidad originaria.
Al ser personal más que existir le corresponde coexistir.
Añadirse, acompañar, aportar, y así mantenerse siendo es lo propio de la libertad: la persona es existencialmente libre.
En 2014 se celebró un simposio en Málaga centrado en la filosofía de Leonardo Polo.
La serie A, publicada por Eunsa, consta de veintisiete volúmenes en los que se incluyen 45 libros y otros escritos menores ya publicados.
Edición española (sin los dos estudios del apéndice), Pamplona: Eunsa 19992, 20063.Período antropológico: 9.
Edición española (con prólogo de Polo para ella), Madrid: Unión editorial (AEDOS), 1996, 19972.