Ricardo Soriano

[7]​ En 1910 nació su única hija, Inés Soriano y Blair (París, 1910-Marbella, 1983), futura III marquesa de Ivanrey.

Pero no fue hasta el año 1943, cuando Ricardo llegó a Marbella invitado por su amigo y propietario de la hacienda Guadalmina, Norberto Goizueta.

Se trata de un modelo Panhard et Levassor KB Roadster que Ricardo Soriano en su juventud, con apenas veinte años, adquirió en París en el año 1903 por la fabulosa suma de 17 640 francos.

Ricardo Soriano fue socio fundador y vicepresidente del Real Automóvil Club de España (RACE).

Finalmente, este proyecto aerostático se vendría abajo tras declararse un incendio durante unos ensayos de vuelo.

Ricardo Soriano fue directivo y socio fundador del Real Aero Club de España.

La novedad consistía en que el «Gredos» no era un simple trineo de madera.

Manuel Giró y Minguella, fundador de la empresa Orfeo Sincronic S.A. (OSSA), creada en 1928 y dedicada en sus inicios a la fabricación de material sonoro para la industria cinematográfica compartió con Ricardo Soriano afición por el cine, las motocicletas y la motonáutica, siendo 1932 el año en el que Giró estableció un acuerdo comercial con Ricardo Soriano para fabricar sus motores en Barcelona.

Las Soriano comenzaron a fabricarse en serie en Madrid, en 1941, como respuesta al creciente auge que por aquellos años experimentaba el mundo de las dos ruedas.

La empresa fabricó varios modelos de pequeñas motos conocidas como Lince, Pantera, y Tigre.

Un tercer modelo de motocicletas se presentaría al público en el año 1947.

Aportaba, como novedad, un cilindro de doble bujía diseñado por un mecánico marbellí: Tomás Prieto.

Y un año más tarde, hacia 1954, la fábrica de motocicletas Soriano cesó por completo su actividad.

Junto a Manuel Augusto y García Viñolas fundó en 1940 el Círculo Cinematográfico Español (CIRCE); asociación profesional cinematográfica creada con la pretensión de elevar la calidad del cine español y en la que llegó a ocupar el cargo de presidente.

Su primera película fue producida en Francia y se tituló Un chien qui raccroche (1934).

En este film, coodirigido con su amigo Santiago Ontañón, participó un amplio reparto de actores internacionales entre los cuales destacaban Lucien Raimbourg y Simone Neyrinck.

Ricardo Soriano rodó en España La traviesa molinera (1934) en colaboración con Harry D'Abadie D'Arrast,[4]​ reconocido director francés que había trabajado con Charlie Chaplin y dirigido sus propias películas en Hollywood (Topaze, en 1932, para RKO Radio Pictures).

Después vendría la película Por un perro chico, una mujer, dirigida por Santiago de la Concha, que contó con la interpretación de Marcel Duhamel , Andrée Lorrain (Miss París 1935) y Sylvia Bataille, actriz que más adelante cobraría gran fama y notoriedad en Francia tras serle concedido, en 1939, el prestigioso galardón del cine galo Suzanne Bianchetti.

Más adelante, en 1943, Ricardo Soriano pondría fin a su ciclo como director, responsable artístico y productor cinematográfico, con la película El camino del amor; dirigida por José María Castellví, y llevada a escena por actores de la talla de Manuel Arbó, José Calle, Rosalía Campomanes, entre otros.

El Canot Club fue citado por Enrique Jardiel Poncela en su libro 49 personajes que encontraron su autor.

Entre sus admiradores se encontraba el príncipe de Gales, quien aprovechando una estancia en París quiso conocerle personalmente y felicitarle por sus éxitos deportivos.

Sentía gran pasión por los llamados deportes de riesgo —que en aquellos tiempos aún lo eran en mayor grado—, tales como viajar en globo, la práctica del alpinismo, o el submarinismo, uno de los primeros en practicarlo.

A consecuencia de aquel lance, celebrado en Lasarte, Ricardo Soriano sufrió heridas leves en la muñeca.

Todos eran y son preciosos, con los patios más imprevistos, con las piscinas mejor colocadas, y una distribución que solamente dan las personas que, además de ser arquitectos, están acostumbrados a vivir bien»" Su singular estilo arquitectónico ha merecido hoy en día el reconocimiento de Jean Paul Midanty, quien le distingue en su Diccionario Akal de la arquitectura del siglo XX.

Tenía fincas en Madrid, Zarauz y Biarritz, pero fue Ricardo Soriano quien le animó a dejar el lluvioso clima del norte por la idílica vida a las orillas del Mediterráneo, alegando que con lo que gastaba de calefacción en invierno para templar su castillo de Biarritz se compraba una finca en el Mediterráneo, en un lugar cálido y paradisíaco.

Sin pensárselo dos veces, en 1946, el príncipe Maximiliam cogió su Rolls Royce Phantom, de motor de carbón, y se presentó en Marbella con su hijo Alfonso para comprobar in situ las delicias que le contaba su primo.

Les gustó tanto Marbella y especialmente la finca, que volvieron el año siguiente y adquirieron la finca Santa Margarita , embrión de lo que más tarde sería el Marbella Club.

El hotel sería frecuentado, entre otras personalidades, por los duques de Windsor, James Hunt, Sofía Loren, Rock Hudson, Kim Novak, Gina Lollobrigida, Rainiero III de Mónaco, Grace Kelly, James Stewart, Ava Gardner, Aga Khan, Brigitte Bardot, Audrey Hepburn, Mel Ferrer, Gianni Agnelli, Aristóteles Onassis y Maria Callas.

Otros personajes conocidos optarían por construir o alojarse en sus propias residencias: el rey Fahd de Arabia Saudita, Roger Moore, Adnan Khashoggi, Sean Connery, la princesa Soraya o Deborah Kerr.

Entre otras: Con el transcurso del tiempo Ricardo Soriano fue perdiendo la inmensa fortuna que había heredado, estimada en 90 millones de pesetas, y casi arruinado fallecería en 1973 a la avanzada edad de 89 años.