Revolución militar

Estos cambios tuvieron importantes consecuencias políticas en el nivel de la administración estatal.

Por una parte, Ayton y Price subrayan la importancia de una “Revolución en la infantería” que según ellos tuvo lugar a comienzos del siglo XIV.

Durante estos siglos, la revolución militar permitió a los europeos conseguir la supremacía sobre el resto del mundo.

Sin embargo no serán están innovaciones armamentísticas y tácticas las que dotaran a la revolución militar su principal característica.

Sin duda alguna la guerra ya no eran las batallas feudales del medievo y el romanticismo que de aquello se desprendía.

Las formaciones poco profundas resultan adecuadas para despliegues defensivos, pero sus movimientos ofensivos son torpes.

Cuanto más largo es el frente, mayor es la dificultad para mantener el orden y la cohesión para maniobras complejas, en especial los giros.

[17]​ Parker sugirió que el elemento tecnológico clave en la Revolución Militar fue la aparición de la trace italienne en la temprana modernidad europea.

Según su mirada, la dificultad para capturar este tipo de fortificaciones motivó un profundo cambio en la estrategia militar.

En última instancia, Parker razona, la presencia o ausencia de la trace italienne configuraba una determinada geografía militar.

En algunas relevantes batallas de ese siglo, como por ejemplo Courtrai, Bannockburn o Halmyros, la caballería pesada fue vencida por la infantería;.

[20]​ Sin embargo, es significativa la mención de que en todas esas batallas la infantería estaba atrincherada o posicionada en terreno escarpado, no apto para la caballería.

El reemplazo del caballero fuertemente armado al peón posibilitó la expansión en el tamaño de los ejércitos a partir de la segunda mitad del siglo XV puesto que la infantería podía ser entrenada con mayor rapidez y reclutada en grandes cantidades.

Sin la caballería, un ejército del siglo XV tenía pocas probabilidades de éxito en el campo de batalla; quizás la batalla fuera decidida por los arqueros o piqueros, pero una retirada solamente podía ser perseguida por la caballería.

Se cuenta con varias fuentes para el estudio del tamaño de los ejércitos en diferentes períodos.

Cada ejército cuenta su fuerza efectiva de diferentes maneras y en algunas ocasiones los reportes son intencionalmente retocados por los oficiales para quedar bien ante sus superiores.

Estos documentos, que registran a los soldados que perciben salario, son especialmente útiles para estudiar los costos militares, pero están por debajo de las revistas en cuanto muestran pagos, no soldados en pie de guerra.

Sin embargo, los escritores de la época, o de épocas inmediatamente posteriores arrojan números sin citar fuentes y son pocos los casos en que acuden a las fuentes administrativas, en especial, en cuanto describen los ejércitos enemigos, pues el acceso a aquellas era cuanto menos problemático.

Además, hay otros inconvenientes relativos a estos escritores: podrían ser tendenciosos en sus informes, ya que inflar el número de las tropas enemigas ha sido uno de los recursos propagandísticos más usados en todos los tiempos.

[28]​ Simon Adams se ha preguntado si hubo incluso crecimiento alguno en la primera mitad del siglo XVII.

El concepto original de una Revolución militar impulsada por el cambio tecnológico ha sido reemplazado por modelos explicativos basados en la idea de una evolución más lenta en donde la tecnología juega un rol menor, en relación con mejoras no materiales tales como la organización, el control y la logística [cita requerida].

La naturaleza revolucionaria de estos cambios fueron visibles solamente tras una larga evolución que aseguró a los europeos una posición dominante a escala mundial, una primacía que la Revolución Industrial habría de confirmar.