Sin embargo, hacia finales del siglo XIX, China se enfrentaba a la perspectiva de ser desmembrada entre las potencias occidentales y Japón, cada uno compitiendo por su propia esfera de influencia sobre el país.
En la frontera norte, la corte Qing consideraba que el imperio ruso era la mayor amenaza a su integridad territorial.
En octubre de 1911 la revolución estalló en China, y las diversas provincias una tras otra fueron declarando su independencia del gobierno Qing.
El nuevo gobierno mongol era una fusión de una teocracia budista, costumbres imperiales Qing, y prácticas políticas occidentales del siglo XX.
Este nuevo estado también reflejaba el deseo de los mongoles de reformar su país para convertirlo en un estado moderno, crearon un parlamento nacional compuesto por dos cámaras, un gobierno con cinco ministerios, y un ejército nacional.
Los grupos de religiosos budistas descubrieron oportunidades para avance político y ganancias financieras.
La invasión no se produjo, y entonces el gobierno de Bogd Khaan solicitó que las tropas fueran retiradas.
Esta amenaza movilizó a los príncipes laicos, quienes vieron una gran oportunidad: el final del gobierno teocrático.
Los "Puntos" fueron elevados a la Asamblea Nacional china, que los aprobó el 28 de octubre.
Al igual que antes, el senado los aceptó, y la cámara baja los rechazó; algunos miembros de la cámara baja llegaron a amenazar con expulsar a Xu mediante el uso de la fuerza.
[12] Xu regresó a Beijing, donde fue recibido como un héroe por parte de la clique Anhui.
Los mongoles debían postrase varias veces ante estos símbolos de soberanía China.
[13] Esa noche, algunos lamas y ganaderos mongoles se reunieron fuera del palacio y destruyeron las banderas de la República China que se encontraban en el portón.
Compartiendo una yurta con Bodoo estaba Horloogiyn Choybalsan (1895–1953), posteriormente denominado el "Stalin de Mongolia".
Otro miembro, aunque en esa época no era una figura prominente, era Damdin Sükhbaatar (1893–1923), un soldado del ejército mongol que luego de su fallecimiento, fue canonizado por los historiadores comunistas como el "Lenin de Mongolia".
El grupo complotó para apropiarse del arsenal militar mongol y asesinar a Xu Shuzheng; sin embargo, debido a que colocaron guardias chinos en el arsenal y Xu modificó su itinerario de viaje, los planes se cancelaron.
En junio al regresar a Urga, se reunió nuevamente con ellos, y les prometió que el gobierno soviético les proveería asistencia de todo tipo a los trabajadores mongoles.