Esteban Arze regresó al valle de Cochabamba, liderando una rebelión desde su hacienda en Paredón (hoy Ansaldo).
El gobernador intendente Antonio Allende fue depuesto sin ofrecer resistencia dos meses después de su instalación por Goyeneche y reemplazado por Mariano Antezana.
Arze quedó como comandante general y Cochabamba volvió a ponerse bajo las órdenes de Buenos Aires.
Los diversos jefes surgidos en Cochabamba se comportaron anárquicamente haciendo la guerra por sí solos, hostilizando también a las haciendas no realistas y ostaculizando el comercio.
Esta compañía fue aniquilada completamente por Arze y el subdelegado de Chayanta Gabino Terán, salvando la vida solo los tamborilleros.
Pero este se retiró precipitadamente hacia el río Suipacha perseguido por el capitán Feliciano Hernández y el ayudante Manuel Dorrego con 100 soldados.
En Potosí Goyeneche logró abortar una rebelión que encabezaba el cochabambino Pedro Pardo con 2000 cholos y el 5 de mayo partió para Chuquisaca.
Dispuso que una columna avanzara sobre Chayanta para unirse a otra procedente de La Paz.
[2] Goyeneche entró en Cochabamba el 27 de mayo, siendo saqueada e incendiada hasta el día 31.
Fueron ejecutados multitud de revolucionarios juzgados por una junta militar, entre ellos Antezana, quien murió decapitado, muchos otros se refugiaron en los campos.
En Suipacha cayeron Salvador Matos y Manuel Millares, ahorcados en Potosí el 17 de julio.