Una segunda copia, también atribuible al siglo XVII, se encuentra en la rectoría de San Giovanni a Varna.
Muestra una sagrada conversación respetuosa con la tradición pero con algunas novedades, que actualizan cortésmente los esquemas, reelaborando motivos ya tratados por el artista (como en la Disputa sobre la Trinidad en el mismo museo).
El esquema piramidal, propio de la tradición florentina, está desarrollado en profundidad y tiene en la base dos santos arrodillados, a la izquierda Juan Bautista y a la derecha María Magdalena, el primero mirando hacia el espectador y la segunda hacia María, en una equilibrada complementariedad de poses.
En general los colores son apagados y presentados en tonos inusuales y contrastantes, por medio de los cuales el artista expresaba las inquietudes renovadoras de su época, que acabarán desembocando en el Manierismo.
Las prendas están iluminadas por una luz fuerte, que crea reflejos brillantes destacando los pliegues "acartonados", derivados del ejemplo de las estampas de Durero, entonces muy populares también en Florencia.