Disputa sobre la Trinidad

Abajo, se ve a la izquierda a san Sebastián desnudo con la parte inferior cubierta por un manto celeste, en genuflexión con las flechas en la diestra y a la derecha a María Magdalena arrodillada con el tarro de ungüentos entre las manos, con un vestido rosa, mangas doradas y manto rojo; de pie, de izquierda a derecha, san Agustín con el báculo pastoral, san Lorenzo con la parrilla, san Pedro mártir con el corte en la cabeza, el hábito dominicano y el libro y san Francisco de Asís con el sayo franciscano y los estigmas sobre las manos.

Están conversando animadamente, libros en mano, sobre cuestiones religiosas que, en base a la aparición en el cielo, deben concernir sobre el dogma de la Trinidad.

El tema trinitario era particularmente querido por los agustinos; de hecho, su santo fundador tiene una posición preeminente en el debate, con el brazo izquierdo extendido en un gesto elocuente.

Lorenzo, en el centro, tiene el papel de llamar la atención del espectador, dirigiéndole una mirada directa.

En general los colores son apagados y presentados en tonos inusuales y contrastantes, por medio de los cuales el artista expresaba las inquietudes renovadoras de su época, que acabarán desembocando en el Manierismo.