[3] Durante las siguientes cuarenta y ocho horas, se promulgaron más edictos tratando de apuntalar la restauración, ante el estupor general.
[4] Antes de refugiarse en la embajada japonesa, donde no se le permitió acción política alguna,[5] había tomado ciertas disposiciones, como la salida del sello presidencial de la capital, el nombramiento del vicepresidente Feng Guozhang como presidente en funciones o la restitución de Duan Qirui como primer ministro.
[8] La corte imperial preparó un edicto de renuncia al trono, que no se atrevió a proclamar, intimidada por las tropas monárquicas.
[9] Pronto, sin embargo, comenzaron las negociaciones entre los dos bandos y los monárquicos entregaron sus posiciones.
[9] A las dos cesó la resistencia de sus tropas y se declaró un alto el fuego.