Renovato de Mérida
Afortunadamente el «diácono Paulo» debía conocerlo a fondo, ya que dejó datos muy concretos de este obispo.Pero si estas eran sus características exteriores, destacaba aún más por las interiores pues era muy ingenioso y perspicaz, destacaba en las bellas artes, en las ciencias eclesiásticas y, sobre todo, era muy experto en las Sagradas Escrituras.Con estas dotes y antes de ser elevado a la categoría pontifical, fue elegido abad del monasterio caulianense que estaba situado al lado del río Guadiana y a unas dos leguas de Mérida.Y quiso nuestro Señor manifestar luego como eran reliquias de sus santos: porque demás de sentirse un olor suavísimo en toda la iglesia con que todos los presentes se alegraban y bendecían al Señor...»[4] El episcopado de Renovato no pasó del año 632 pues ese año ya estaba su sucesor Esteban presidiendo le iglesia emeritense.El «diácono emeritense» concluye diciendo que gobernó su iglesia durante muchos años («per plurimus annos»).