Una creencia común sincrética es la santería, que fue traída a Cuba por los esclavos procedentes de África y se extendió a las islas vecinas; muestra similitudes al umbanda brasileño y ha estado recibiendo un grado de apoyo oficial.
[3] La membresía en las iglesias protestantes se estima en un 5 % y comprende a los bautistas, pentecostales, testigos de Jehová, Adventistas del Séptimo Día, presbiterianos, anglicanos, episcopales, metodistas, Sociedad Religiosa de los Amigos (Cuáqueros), y a los luteranos.
Con respecto a la Irreligión, ha experimentado un retroceso significativo en Cuba, en 1980 representaban un 48% de la población cubana y para el 2000 se estima que habría reducido al 24%.
Otras religiones practicadas son palo monte y abakuá, que tienen gran parte de su liturgia en lenguas africanas.
[3] Al parecer algunos estudios intentaron vincular a las religiones afrocubanas con enfermedades mentales.
[4] La década de 1970 fue turbulenta, y muchos creyentes decidieron ocultar su fe en respuesta a la persecución del Estado.
[5] Cuba tuvo menos sacerdotes por habitante que cualquier otro país de América Latina.
La Conferencia Episcopal cubana ha sido muy crítica del embargo estadounidense contra Cuba y ha afirmado que toda la población ha sufrido de ella.
En enero de 1998, el papa Juan Pablo II realizó una histórica visita a la isla, invitado por el Gobierno cubano y la Iglesia católica.
Esto trae como consecuencia que estas personas, a las cuales se les arrebata sus costumbres, cultura e ideologías se ven prácticamente obligadas a rescatar de alguna forma sus tradiciones.
Dicha consagración significa que la persona recibirá un bautismo y por lo tanto un dictamen denominado ITA, donde el santo le hace llegar los consejos y orientaciones para que la persona sepa conducirse por su vida terrenal.