De esta manera, Jesús no sería coeterno con Dios Padre, si bien habría empezado a existir fuera del tiempo, en tanto el tiempo se aplica solamente a las creaciones de Dios.
En los reinos romano-germánicos la adopción del arrianismo por parte de los germanos marcó la principal diferencia entre estos y los romanos.
Como tal, todas las ramas del cristianismo dominante consideran actualmente al arrianismo como heterodoxo y herético.
[4] El término arrianismo se usa también para referirse a otros sistemas teológicos no trinitarios del siglo IV, que consideraban a Jesucristo —el Hijo de Dios, el Logos— como una criatura engendrada de una sustancia similar pero no idéntica a la del Padre o como ni creado ni no creado en sentido en que otros seres son creados (p.
La gran mayoría apoyaba las doctrinas trinitarias, que pasaron a considerarse la ortodoxia (es decir, la forma correcta de entender la fe cristiana), y la posición arriana quedó en minoría y fue declarada heterodoxa o herética.
La controversia acerca del arrianismo se desarrolló durante todo el siglo IV.
Los emperadores romanos Constancio II y Valente se convirtieron en arrianos o semiarrianos.
Dicho desafío fue recibido por el emperador como una amenaza a su imperio y, persuadido de nuevo por el obispo Eusebio, buscó formas para condenarlo al exilio; sin embargo, Atanasio logró escapar y huir a Constantinopla.
Se convocó un concilio en el año 336 en Jerusalén, donde Arrio y los suyos fueron rehabilitados en sus puestos.
Mientras, Atanasio se encontraba entre el exilio y la reinstalación en su sede de Alejandría, hasta que el joven emperador Constantino II le permitió volver a Egipto de forma permanente.
[14] En la Europa Occidental, el arrianismo, que había sido predicado por Ulfilas, un misionero arriano, entre las tribus germánicas, era dominante entre godos y vándalos y, más tarde, fue significativo entre los lombardos; pero dejó de ser una creencia mayoritaria en estas tribus en el siglo VIII, a medida que los reyes de esos pueblos fueron adoptando gradualmente el catolicismo.
Ulfilas fue ordenado obispo por el arriano Eusebio de Nicomedia y regresó a su pueblo para actuar como misionero.
El capítulo 8, versículo 6, de la Primera epístola a los corintios 8:6 dice: En una carta a Auxentius, Ulfilas resume así sus creencias: Arrio escribió una carta a Eusebio de Nicomedia que decía: En el año 321, Arrio fue denunciado por un sínodo en Alejandría por enseñar un punto de vista heterodoxo sobre la relación entre Jesús y Dios Padre.
Como Arrio y sus seguidores habían tenido una gran influencia en las academias de Alejandría (el antecedente de las modernas universidades y seminarios), sus opiniones teológicas se habían divulgado mucho, sobre todo en el Mediterráneo Oriental.
El Credo de Atanasio es usado menos habitualmente, pero es más abiertamente antiarriano en lo que respecta a la Santísima Trinidad.
Ousia significa "esencia" o "ser" en la cristiandad oriental, y es un aspecto de Dios que es completamente incomprensible para la percepción humana.
[22] Gran parte de la distinción entre las distintas facciones versaba sobre la frase que Cristo dijo en el Nuevo Testamento para expresar la sumisión al Dios Padre.
Jesús era Dios en esencia, ser y/no natural (ousia), que los latinos tradujeron como sustancia.
Aunque se le ordenó mantener lo que la Iglesia había definido en Nicea, Constantino también quiso que reinase la paz en la situación y, con el tiempo, se hizo más indulgente con aquellos condenados al exilio en el concilio.
[25][26][27] Eusebio y Teognis conservaron el favor del emperador, y cuando Constantino, que había sido catequizado durante su vida adulta, aceptó el bautismo al final de su vida, este le fue administrado por Eusebio de Nicomedia.
El hijo de Constantino I (fallecido en 337), Constancio II, que se había convertido en emperador de la parte oriental del Imperio romano, animó a los arrianos y revocó el Credo niceno.
Como los debates hacían estragos a la hora de adoptar una nueva fórmula, surgieron tres grupos entre los oponentes al credo niceno.
Durante su persecución, se exiliaron muchos obispos a los extremos más lejanos del Imperio (por ejemplo, el exilio de Hilario de Poitiers a las provincias orientales) Estos contactos y la difícil situación común dieron lugar a un acercamiento entre los partidarios occidentales del credo de Nicea y los "homousios" del este semiarrianos.
La esposa de Teodosio, Elia Flacila, fue una herramienta en la campaña para acabar con el arrianismo.
Teodosio había sido bautizado por el obispo Acholius de Tesalónica, durante una grave enfermedad, como era habitual en los comienzos del mundo cristiano.
Aunque, según el propio Arrio, Cristo existía antes de María, esa iglesia arriana cree que no.
De hecho, su credo "católico arrio" es una creación moderna, no una fe antigua.