Arrio

Arrio (en berebere: Aryus; en griego: Ἄρειος; Libia, 250 o 256-Constantinopla, 336) fue un asceta, presbítero y sacerdote en Alejandría, en la iglesia de Baucalis.[3]​ La iglesia cristiana estaba dividida por desacuerdos sobre la cristología o la relación entre Jesús y Dios.Reconstruir la vida y la doctrina de Arrio ha sido una tarea difícil, porque no han quedado escritos originales.El emperador Constantino ordenó su quema cuando Arrio aún vivía, y todo lo que sobrevivió a esta purga fue destruido posteriormente por sus oponentes ortodoxos.A pesar de esto, algunos historiadores argumentan que Arrio era bastante conservador y deploraba cómo la teología cristiana, desde su punto de vista, se había mezclado libremente con el paganismo griego.[10]​ Arrio es conocido sobre todo por la controversia arriana, un gran conflicto teológico del siglo IV que golpeó al mundo cristiano y produjo la convocatoria del primer concilio ecuménico de la iglesia.[11]​[12]​ Después del concilio de Nicea, los ortodoxos trabajaron para ocultar el desacuerdo, poniendo al arrianismo como desobediente a la «norma».La fórmula de Nicea fue una solución rápida a un debate cristológico que no contaba con ningún acuerdo previo.[11]​ El historiador trinitario Sócrates de Constantinopla (también llamado Sócrates Escolástico) informó que Arrio lanzó la controversia que lleva su nombre cuando el papa Alejandro I de Alejandría, que había sido sucedido por Achillas como obispo de Alejandría, dio un sermón hablando sobre la similitud del Hijo con el Padre.Esta idea se resume en la frase «hubo un tiempo en que el Hijo no estaba».Como las especulaciones teológicas de Orígenes eran usadas para discusiones enconadas en lugar de para poner fin a disputas, tanto Arrio como sus oponentes podían invocar a Orígenes, que era una autoridad reverenciada, durante sus debates.Los emperadores Licinio y Constantino I la habían legalizado en el año313 a través del edicto de Milán.El emperador Constantino había tenido cierto interés personal en algunos asuntos ecuménicos, incluyendo la controversia donatista en 316, y quiso poner fin a las disputas cristológicas.[14]​ Todas las diócesis del Imperio enviaron uno o más representantes al consejo, exceptuando la Bretaña romana.El papa Silvestre I, que era demasiado viejo, mandó a dos sacerdotes como sus delegados.No obstante, Atanasio hizo trabajo de campo y concluyó (como el obispo Alejandro expresó en la defensa trinitaria atanasiana) que el Hijo tenía la misma esencia (homousiana) que el Padre, y que había sido generado eterno desde la esencia del Padre.Durante unos dos meses, los dos bandos argumentaron y debatieron,[25]​ usando citas de las sagradas escrituras para justificar sus posiciones respectivas.Él defendía que todo lo demás fue creado a través del Hijo.Posteriormente, el emperador legisló y denunció las enseñanzas de Arrio con fervor.No obstante, algunos escritores recientes han especulado que Arrio podría haber sido envenenado por sus oponentes.Durante el reinado de Constantino II, el godo arriano converso Ulfilas fue consagrado como obispo por Eusebio de Nicomedia y enviado como misionero para convertir a su pueblo.Su éxito aseguró la supervivencia del arrianismo entre los godos y los vándalos hasta los comienzos del siglo VIII, cuando estos reinos sucumbieron a sus vecinos niceos o aceptaron la cristiandad nicea.Aunque, según el propio Arrio, Cristo existía antes de María, esa iglesia arriana cree que no.De hecho, su credo «católico arriano» es una creación moderna, no una fe antigua.Los Testigos de Jehová son llamados a veces «arrianos modernos» o «semiarrianos»,[47]​[48]​ normalmente por sus oponentes.En esa época se creyó que ese término tenía tendencias sabelianas,[55]​ aunque, como los eventos posteriores mostraron, el ámbito de aplicación de este término no había sido definido satisfactoriamente.
El Primer Concilio de Nicea, con Arrio dibujado a los pies del emperador Constantino y de los obispos.
Baptisterio arriano erigido por el rey ostrogodo Teodorico el Grande en Rávena, Italia, del siglo VI .