Consuetudines Cartusiae ("Costumbres de la Cartuja" en latín -debe pronunciarse con acento en la "u"-) es la regla monástica que fue escrita para la orden religiosa de los cartujos.
Cada monje debe tener su propia celda donde reza en solitario y sólo se reúne con sus compañeros para la misa, maitines y vísperas; el resto del oficio litúrgico lo debe rezar solo en la celda.
La comida la hacen también en solitario, excepto los domingos y en alguna festividad en la que se reúnen todos.
Se exigía silencio absoluto (voto de silencio), hasta que más tarde se les permitió hablar durante una hora de recreación, los domingos y días festivos, y durante los paseos fuera del claustro los lunes; esto exclusivamente para los monjes sacerdotes, ya que los hermanos no ordenados no tienen la necesidad de estas mitigaciones debido al contacto con otros hermanos en el trabajo fuera de la celda.
La regla implica que la espiritualidad de estos monjes sea de vida contemplativa, dedicada íntegramente a la alabanza de Dios, con espacios durante el día para el trabajo físico, trabajando en su propia celda y en su pequeño huerto individual, lo que beneficia al equilibrio psicológico del monje.