Clausura monástica o clausura conventual[1] son expresiones propias de la terminología monástica y conventual.También se denomina "clausura" al recinto dentro de estas instituciones donde los religiosos se aíslan del exterior (habitualmente se refiere a la parte a donde no se permite pasar a personas de distinto sexo al de los monjes o monjas titulares).La clausura tiene la finalidad de mantener un clima de recogimiento, silencio, oración y otros recursos ascéticos para la búsqueda de la unión mística con Dios.De ahí, por ejemplo, que Santa Teresita del Niño Jesús, que nunca salió de su convento en Francia, sea la patrona de las misiones.Entre las órdenes religiosas que practican la vida monástica de clausura en la actualidad tenemos como ejemplos: los monjes benedictinos, carmelitas, cartujos, cistercienses, jerónimos, trapenses, entre otros (en el caso de las comunidades de los hombres), y las monjas anunciadas, agustinas, benedictinas, carmelitas, clarisas, cartujas, concepcionistas, jerónimas, mínimas, visitandinas y de Iesu Communio, entre otras.