Una regadera es un recipiente (de metal, cerámica o plástico) que contiene agua para regar las plantas.
Al final del pico, se puede colocar una "rosa" (un dispositivo, como un tapón, con pequeños orificios) para romper el chorro de agua en gotitas imitando la lluvia, para evitar una presión excesiva del agua en el suelo o en las plantas delicadas.
Para obtener un riego aún más fino bajo la lluvia, dé la vuelta a la flor colocando los agujeros hacia arriba, mirando al cielo.
Para que el agua penetre mejor en el suelo compactado, haga algunos agujeros con un palo antes de regar.
Por tanto, el riego realizado a pleno calor provoca la apertura de los estomas que no cierran con la suficiente rapidez.
El concepto de transportar y distribuir agua para fines agrícolas se remonta a las civilizaciones antiguas.
Estos descubrimientos abarcan muchas civilizaciones antiguas, cada una demostrando su necesidad de una gestión eficiente del agua en las prácticas agrícolas, la vida diaria y la planificación urbana.
Para el período medieval en Europa, comenzaron a surgir contenedores más especializados para regar plantas, aunque todavía eran rudimentarios en comparación con las regaderas modernas.
El agua también es esencial para el transporte de nutrientes y azúcares del suelo a las plantas.
Esto puede ser fatal en algunos casos o ralentizar gravemente el crecimiento de esas plantas.
[17] El agua es responsable del soporte estructural celular en muchas plantas, creando una presión constante en las paredes celulares llamada turgencia, que hace que la planta sea flexible pero fuerte y le permite doblarse con el viento o mover las hojas hacia el sol para maximizar la fotosíntesis.