Reformismo
Empezando con la reforma protestante de Lutero pasando por el «reformismo ilustrado» de los Borbones (franceses originarios), vemos proyectos que buscan transformar sistemas con la intención de mejorarlos mientras se mantienen ciertos elementos centrales, pero al mismo tiempo vemos proyectos que fueron percibidos como desestabilizadores y destructores del orden establecido.[1][2] Durante el siglo XIX, debido colectivismo, algunos reformistas, como los regeneracionistas españoles, lo propusieron como solución a los problemas agrarios.Se pueden destacar, entre otros, Alfred Müller-Armack[4] para quien el mercado y la competencia son, en principio, la mejor forma de organizar la economía.Aparte estaría Karl Polanyi[5] quien —definiéndose como partidario del socialismo cristiano— considera al liberalismo económico como un proyecto utópico cuya puesta en práctica habría destruido los cimientos materiales y políticos de la sociedad moderna.La sociedad debería conformarse al bien común, siendo su fundación y justificación la voluntad ciudadana —lo que se concreta en la democracia—.Los métodos de 1848 (la referencia es al Manifiesto Comunista) son obsoletos en todo sentido" Finalmente en esta aproximación es necesario nombrar los autores agrupados en la Sociedad Fabiana.