Reforma de la ortografía alemana de 1996

Luxemburgo, país trilingüe y una de cuyas lenguas oficiales es el alemán, no ha apoyado la reforma.

Las mayúsculas corteses usadas en cartas en las palabras du, dein, ihr, euch quedan abolidas, aunque se mantienen para las formas formales Sie e Ihnen.

Tras la Segunda Guerra Mundial esta tradición se mantuvo en dos centros diferentes: Mannheim en la RFA y Leipzig en la RDA.

Al mismo tiempo, sin embargo, se vieron obligados a afinar las reglas de la ortografía alemana.

Los sujetos podían leer textos de prueba con los sustantivos en mayúscula más rápidamente que si estuvieran escritos con el uso del español (solo nombres propios).

El resultado tuvo cierta influencia, y en el Reino Unido pronto se sugirió cambiar el uso de las mayúsculas en inglés, pero el intento fue todo un fracaso.

Sus propuestas iniciales se discutieron más tarde en dos convenciones en Viena en 1986 y 1990, a las cuales fueron invitados representantes de todas las regiones germanohablantes.

En 1988 estos grupos presentaron un incompleto pero ambicioso sistema de nuevas reglas (por ejemplo, Der Kaiser im Boot se convertiría en Der keiser im bot), que fue rápidamente rechazado por el público y entonces retirado por los ministros de Cultura por ser inaceptable.

En una tercera conferencia en Viena en 1994, se recomendaron los resultados a los respectivos gobiernos para que dieran su aceptación.

Cuando el periodo es largo, muchos ni se molestan en acostumbrarse a la reforma con la esperanza de que sea cancelada.

Muchos expertos aseguran que lo ideal es prepararse bien con antelación y entonces hacer el cambio de un día para otro.

La reforma no tuvo repercusión entre el público hasta que se firmó la declaración internacional de propósito.

Entre los principales detractores estaban Günter Grass, Siegfried Lenz, Martin Walser, Hans Magnus Enzensberger y Walter Kempowski.

En 1997 se formó un comité internacional para discutir cualquier caso de duda o excepción que pudiera quedar con las nuevas normas.

Simultáneamente, el comité emitió su cuarto informe sobre la reforma ortográfica, revisando detalladamente los puntos de la misma.

Los ministros además exigieron que el comité trabajara conjuntamente con la Academia Alemana para la Lengua y la Poesía en sus futuras deliberaciones.

Este día se instituyó el Consejo para la Ortografía Alemana, sustituyendo al comité internacional anterior.

En su lugar, el tribunal supremo falló que la reforma en las escuelas sería decidida por los ministros de Cultura.

Ya en 2004, la mayor parte de los medios impresos alemanes usaban reglas que se acercan mucho a la reforma.

[4]​ En libros, la implantación depende del tema, y a menudo varía incluso dentro de la misma editorial.

Los libros de texto e infantiles generalmente siguen la nueva ortografía, mientras que las novelas se escriben a gusto del autor.

Los clásicos suelen imprimirse sin cambios, a menos que sean ediciones especiales para escuelas.

Entre los políticos, el primer ministro de Baja Sajonia Christian Wulff afirmó también que Alemania debería volver a la ortografía tradicional.

Peter Müller, primer ministro del Sarre dijo, "esta reforma ortográfica es un despropósito y la mayoría de la gente no la acepta.

Según el Tribunal Constitucional Alemán, la introducción de la nueva ortografía en las escuelas por decreto ministerial es legal y no necesita consenso parlamentario.

En Suiza, la reforma ha tenido un menor impacto puesto que la letra ß, el mayor objeto de cambios, lleva tiempo sin estar en uso en el país.

Liechtenstein, pequeño país vecino de lengua alemana, utiliza la misma ortografía que en Suiza, sin ß.

Rótulo de una calle de Aquisgrán afectado por la reforma de la ortografía .