Recipiente bajo presión

La presión diferencial entre el interior del recipiente y el exterior es potencial peligrosa.Históricamente, los aparatos a presión han sido una fuente importante de accidentes laborales.Consecuentemente, el diseño, manufactura y manipulación de estos dispositivos están regulados actualmente mediante normas ingenieriles exigentes.La más antigua documentación del diseño de un depósito a presión es descrita por el libro Codex Madrid I, por Leonardo da Vinci en 1495, donde los contenedores de aire comprimido fueron planteados para levantar pesos desde bajo el agua, aunque no fue hasta el siglo XIX cuando llegaron los depósitos que nosotros conocemos, en los cuales el vapor es generado por calderas ayudando a la revolución industrial a florecer.Los recipientes de presión se utilizan en numerosas aplicaciones en la industria y los servicios.Un diseño muy común es un cilindro al que se le adosan extremos denominados cabezas.Las formas de las cabezas por lo general son casquetes hemiesféricos o toriesféricos.[2]​ Desde un punto de vista teórico, una esfera es la forma óptima para un recipiente de presión, ya que un recipiente con esta forma es el que para una misma presión puede ser fabricado con una pared más delgada que recipientes de volumen equivalente con otras formas.
Un recipiente bajo presión conectado a la red de agua doméstica.
Recipientes de presión, conteniendo propano .