Rebelión de Huaraz

Lejos de solucionar el problema, las autoridades apresaron a Atusparia y lo torturaron, a los otros alcaldes indígenas les cortaron las trenzas, que para ellos representaba un símbolo tradicional de nobleza.

[8]​ Al día siguiente, Atusparia y cinco a ocho mil indios armados con hondas, machetes, rejones y alrededor de 300 fusiles (robados del ejército chileno) rodearon la ciudad de Huaraz.

En Huaraz, los rebeldes asaltaron diversos establecimientos comerciales, principalmente de asiáticos, y en la noche aparecieron fogatas en los cerros.

Cuatro días antes había sido nombrado prefecto y comandante general de Áncash.

[12]​ Mientras Iraola marchaba hacia el norte se enteró de que uno de los cabecillas rebeldes, José Mercedes Puga, había muerto en un combate con las guarniciones gubernamentales que aún quedaban en la zona.

Miles de indígenas fueron asesinados, sin embargo no hubo mayor reclamo por la elite, puesto que eran considerados como partidarios de Andrés Avelino Cáceres, caudillo que en dicho momento se hallaba en una guerra civil contra Miguel Iglesias.