Los principales espacios del convento son la iglesia, el refectorio, el claustro mayor en estilo renacentista, cocinas, dormitorios, enfermería y la estancia que ocupaba la antigua iglesia conventual, que fue reutilizada como cementerio.[3] Durante el proceso de restauración se detectaron diferentes enterramientos que fueron trasladados a otro lugar.En las galerías situadas alrededor del claustro se disponen diversas dependencias, entre ellas el despacho de la abadesa, enfermería, provisoría, celdas, refectorio y escalera principal.[9] Su construcción se inició en el siglo XV y es de estilo gótico-mudéjar.Los retablos fueron realizados por Martínez Montañés y miembros de su taller, el retablo mayor está dedicado a Santa Clara que se encuentra representada en la hornacina central, los cuatro retablos laterales están dedicados a San Francisco, San Juan Bautista, la Inmaculada y San Juan Evangelista.El recinto dispone de un coro bajo y un coro alto en los que puede contemplarse la sillería y el facistol que son obra de Diego López Bueno fechada en 1594.En los muros laterales se ubican cuatro retablos más pequeños, dos a cada lado.
Patio del claustro principal
Azulejos de dos por tabla en las galerías del claustro.
Refectorio y púlpito
Azulejos del siglo
XVI
de Hernando de Valladares, situados sobre la pila de agua bendita, se representa una cruz flanqueada por dos ángeles, el Sol y la Luna.