Se trata del último proyecto arquitectónico realizado en vida por Juan de Herrera.
En él pernoctaron Felipe III y su esposa Margarita de Austria cuando se dirigían a Madrid para su coronación.
En 1965 fue transformado en vivienda, demoliéndose todos los elementos de la estructura original, excepto los cimientos.
Era de estilo herreriano e integraba dos núcleos principales: las dependencias del monarca y las cocheras.
El primero tenía planta cuadrangular y constaba de un único piso.