Pitchfork Media situó a Rain Dogs como el octavo mejor disco de los 80.
Vamos a golpear esa pequeña taza con un palo aquí, coger una muestra y hacerla más grande en la mezcla, no te preocupes por eso”.
Yo decía: “No, prefiero ir al baño y golpear la puerta con una pieza de dos por cuatro muy fuerte”.
[10] ‘’Rain Dogs’’ marcó la primera colaboración de Waits con el guitarrista Marc Ribot, con quien volvería a trabajar en discos como Franks Wild Years, Mule Variations, Real Gone y Orphans: Brawlers, Bawlers & Bastards.
Como productor, aparte de su faceta de compositor, cantante y guitarrista, trae sus ideas al estudio, pero está muy abierto a sonidos que ocurren accidentalmente en el estudio.
Recuerdo que me dio una instrucción: “Tócalo como si fuera el benei mitzvá de un enano””.
Waits comentó sobre la razón de atraer a Richards y sobre su relación de trabajo en el estudio con él: “Hay algo ahí que pensé que Richards podía entender.
El cronista continúa describiendo la música como "huesuda y amenazantemente hermosa".
[5] El álbum es notable por sus numerosos estilos musicales: entre los diecinueve temas que conforman el disco, hay dos instrumentales ("Midtown" y "Bride of Rain Dog"), una polka ("Cemetery Polka"), una con reminiscencias de Nueva Orleans[13] ("Tango Till They're Sore"), baladas ("Time"), música pop ("Downtown Train"), y temas "gospel"[14] ("Anywhere I Lay My Head").
La mayoría de esos tíos suenan como si estuviesen todos bebiendo té y hablando con su contador".
Rolling Stone denominó a Rain Dogs como "un elegante retrato del trágico reino de las calles".
[16] El título del álbum deriva de una expresión que sugiere esa atmósfera.
[17] Según Barney Hoskyns, la temática general de Rain Dogs sobre los desposeídos urbanos está inspirada en parte por el documental de Martin Bell Streetwise, al cual Waits contribuyó con música.