Antes del verano de 2003, Rafa Zouhier puso en contacto a Jamal Ahmidan "El Chino" y al exminero José Emilio Suárez Trashorras, al que había conocido a través de su cuñado, Antonio Toro, con quien coincidió en la cárcel años antes.
En un McDonald's situado frente al Hospital Central de la Defensa Gómez Ulla en el barrio de Carabanchel (Madrid), le comentó a Jamal Ahmidan algo sobre su facilidad para proporcionarle explosivos.
Cuando el policía fue interrogado por el juez Javier Gómez Bermúdez, reconoció que se le había olvidado dar este dato durante la investigación del juez Juan del Olmo en 2005.
Según declaró Zouhier en 2007 ante el juez Gómez Bermúdez, la Guardia Civil le insistió en que no mencionase nada sobre estas informaciones durante el juicio bajo la amenaza de que se le imputarían los crímenes del atentado[3], como de hecho terminó sucediendo.
El Tribunal Supremo ratificó la pena en julio de 2008.