Tiene una función vital en el anclaje de los microfilamentos, pues forma parte de los complejos ERM,[1] junto con la ezrina y la moesina.
A su vez, se unen a receptores de la membrana, como el CD44 (receptor del ácido hialurónico).
Esto permite reaccionar de manera coordinada ante estímulos externos.
[1][2] En humanos, la radixina viene codificada por el gen RDX.
[3] Mutaciones en el gen que la codifica esta proteína están implicadas en el desarrollo de la sordera.