Racismo en Cuba

El racismo en Cuba es un fenómeno social que ha sido expresado de distintas formas dentro de la sociedad cubana a lo largo de su historia, con actitudes de discriminación racial y étnica hacia grupos minorizados o marginalizados en diferentes áreas de la vida nacional.

[1]​ En la actualidad y bajo de un punto de vista jurídico-legal, siguiendo los principios políticos de igualdad, el debate sobre el racismo en la isla fue descartado por las autoridades gubernamentales, convirtiéndose en un tema tabú a nivel de políticas públicas,[2]​ quienes lo asumieron como una conducta propia del capitalismo y del pasado colonial español de Cuba.

[3]​ Desde 1959 y con el establecimiento de la Revolución cubana liderada por Fidel Castro, durante décadas se implantó la idea de que el racismo es inexistente en Cuba, siendo visto como un problema externo y foráneo que desapareció en el país insular, como parte del ideario de los principios del Partido Comunista de Cuba que pretendían crear una armonía racial dentro de las políticas socialistas de igualdad social, con el objeto de desarrollar una ideología formidable de identidad nacional y de establecer una correlación entre el fin del racismo con el establecimiento de la Revolución.

[5]​ A nivel social es común tener una visión eugenésica de los matrimonios interraciales: si una mujer blanca mantiene públicamente una relación afectiva con un negro o mulato, se le dice vulgarmente que «petrolea» o «quema petróleo» — en alusión peyorativa al color oscuro del combustible fósil—, mientras que el hombre «adelanta [mejora] su raza».

[7]​ El Movimiento San Isidro, el cual forma parte de la denominada disidencia cubana, a través de cantantes de hip hop y rap se han manifestado acusando una marginalización y represión policial, en especial hacia los artistas y jóvenes de origen afrocubano.

Castigo a los esclavos en Cuba, atándolos a una escalera durante el Año del Cuero .
Mujer afrocubana vendedora de hamburguesas frente al Capitolio de La Habana