Su nombre proviene del sabor de sus aguas a causa de la minería que se ha producido en su cuenca durante milenios.
Recorre zonas de relieves abruptos, con grandes pendientes, a menudo encajonado en valles profundos y estrechos.
Recibe los aportes de varios arroyos (Pantano o Higuerón), y desagua en el río Guadiamar, en el término municipal de Olivares.
[2] En su cauce se encuentra el embalse homónimo que se creó para abastecer de agua a las minas de Aznalcóllar, ricas en pirita.
[4] A principios de 2011 se produjo otro incidente con el cambio del color natural de las aguas a un color turquesa, como el que aparece en la fotografía.