El rapel es utilizado en excursionismo, montañismo, escalada en roca, espeleología, barranquismo y otras actividades que requieren ejecutar descensos verticales.Por poner un ejemplo, hasta bien entrados los setenta los manuales de alpinismo, escalada y espeleología recomendaban aún sistemas como el Comici, el Piaz o el Dülfer, y la primera referencia a un rapelador se alude a un rudimentario descensor que el autor llama "gancho de descenso", pero no recomienda su utilización porque "estropea la cuerda y presupone el uso de un utensilio exclusivo para el rápel".Sólo se utilizan en casos de emergencia, debido a la menor seguridad que ofrecen.El equipo colectivo es el que se utiliza para la instalación y puede ser usado por muchas personas.El arnés se utiliza durante los descensos, ascensos y aseguramientos, para distribuir el peso del cuerpo de la persona hacia las sogas que sostienen al escalador.La naturaleza vertical de la práctica del rápel la hace una actividad peligrosa si no se realiza adecuadamente.El sistema completo de rápel, que va desde el anclaje hasta el extremo inferior de la cuerda, pasando por la persona que realiza el rápel y su equipo personal constituyen una cadena, en la cual, si un eslabón falla, toda la cadena fallará.
Sistema de descenso: una cuerda atravesando un descensor "ocho", el cual se usa para frenar la cuerda con la que se desciende.
En la parte superior vemos un rápel Dulfer, y en la inferior uno de tipo Comichi