Así en el siglo IV a. C., el quiliarca Titraustes declaró e Ismenias, embajador de Tebas:
Cornelio Nepote no duda en indicar, hablando de Titraustes, que «tenía el segundo rango del Estado».
Los dignatarios no tenían tal o cual prerrogativa más que en arreglo a las circunstancias.
En estas condiciones, parece poco verosímil que el gran rey delegara una parte de sus poderes a un único «primer ministro».
Se ha supuesto que el dignatario representado en los bajorrelieves de Persépolis, inclinado hacia el trono, es un quiliarca.
Además, se sabe que otros dignatarios podían, si llegaba el caso, tener un papel similar ante los embajadores.
A la muerte de Filotas, la caballería macedonia fue dividida en dos hiparquías mandadas por Hefestión y Clito el Negro.
Durante el consejo de Triparadiso, que tuvo lugar a la muerte de Pérdicas en 321 a. C., Casandro fue nombrado quiliarca ecuestre, y no fue, sin embargo, hiparco o quiliarca del imperio, como se ha escrito en ocasiones, para reemplazar a Seleuco.