[1] Puede ser causado por fricción, conllevando la aparición de callos, callosidades, inflamación crónica, eccema o trastornos genéticos como la ictiosis ligada al cromosoma X o ictiosis (piel extremadamente seca)[2] y la poroqueratosis.
Aunque la hiperqueratosis puede presentarse en cualquier parte de la piel, existen muchas áreas que generalmente se ven afectadas.
Las puntuales se presentan en alguna de las cabezas metatarsales, por dos patologías frecuentes, un metatarsiano largo o plantar flexionado, consecutivo también a un dedo en garra.
Y la generalizada fundamentalmente en las cabezas metatarsales centrales, por patología asociada como un hallux valgus (juanete) o un pie cavo.
El tratamiento de la hiperqueratosis depende del tipo, el lugar, la gravedad y la causa.