[1] La palabra pu'uk quiere decir, en idioma maya yucateco, 'sierra' o 'cordillera de cerros bajos'.
[1] Las ciudades mayas más relevantes que se encuadran en esta región son Uxmal, Kabáh, Nohpat, Sayil y Labná.
[3] La transición de la arquitectura anterior al período clásico, a la del estilo puuc, está bien reflejada en Oxkintok.
[1] Aparte de las ciudades más relevantes señaladas anteriormente, hay otras, como Chacmultún, Sabacché, Chacbolai, Xlapak y Kiuik.
Todas estas urbes estaban unidas por los sacbés, que facilitaban las comunicaciones y sumaban a su función comercial la religiosa, al ser las vías por donde se celebraban diferentes marchas rituales o procesiones.
La expresión del arte puuc no solo abarca a las construcciones arquitectónicas, sino que también se encuentra en pintura y cerámica.
Los conjuntos son de gran espiritualidad, representando el sentido religioso que dominaba en esa sociedad.
La arquitectura se basa en el tipo de choza típica maya, para realizar sus construcciones y motivos.
Tres años más tarde, en 1841, John Lloyd Stephens, Frederick Catherwood y Samuel Cabot visitaron la zona.
[4] A finales del siglo XIX, eran varios los investigadores que trabajaban en la zona Puuc.
[1] En 1950 se comenzó la restauración de Uxmal, para la cual hubo que limpiar la zona y realizar un profundo estudio.
Se encargó de estas labores el grupo formado por Rafael Orellana, Amalia Cardós, César Sánchez y Alberto Ruz.
Entre estas ciudades, las más relevantes son las siguientes: Sin lugar a dudas, la ciudad representativa de la zona Puuc es Uxmal.
Se agrupan, aprovechando las características del terreno, formando patios, normalmente cuadrangulares y cerrados, aunque hay algunos independientes.
Cada una de ellas tiene su propio templo (los primeros están enterrados por los siguientes y son inaccesibles, mientras que para acceder a los otros se ha practicado una apertura).
Los escalones de las pirámides son estrechos y empinados (casi siempre superan los 45 grados).
El edificio del este tiene cinco cámaras, dos de las cuales luego tienen habitaciones interiores.
A ambos lados se levantan sendos edificios que quedan unidos al central mediante galerías de bóvedas.
En ella se encuentra una escultura, que representa a dos jaguares unidos por el tórax.
[1] De extrañas características, pudiendo decir que únicas en la zona, se encuentra en mal estado.
En muy mal estado, todavía se aprecian restos del templo que tuvo en su parte superior y otra edificación en su base.
El edificio del lado norte es una pirámide, que aún tiene restos de un templete, en su cima.
El edificio del lado oeste, restaurado, extiende una fachada lisa, con una cornisa compuesta por dos bandas horizontales y está rematado por una crestería de 10 orificios.
[1] Son dos templos pequeños, que tenían ornamentación a base de columnas, cuyos restos le han dado nombre al conjunto.
Estos bajorrelieves, que forman jeroglíficos, están muy deteriorados y las estelas se encuentran caídas.
Los edificios más relevantes descubiertos en Kabáh son: Cerca del centro de la ciudad se levanta un arco, que marca el comienzo de la calzada, o sacbé, que une Kabáh con Nohpat y con Uxmal.
Está, relativamente, bien conservado y hay restos de 2 escaleras, que permiten acceder al conjunto.
Conserva parte de la crestería y la fachada está decorada con columnillas, distribuidas en tres secciones.
Las piedras que sobresalen de su lado sur, funcionaron como espigas, para sostener y empotrar elementos elaborados con estuco.
En el templo hay cuatro aposentos y otro más al final de la escalera.