Los puertos antiguos son las primeras instalaciones portuarias aparecidas con el desarrollo de la navegación.
Además, los antiguos no dudaron en crear puertos artificiales que, con el aumento de las capacidades náuticas, respondieran a las necesidades económicas.
Los puertos grandes solían tener una o más cuencas:[7] Se requieren rompeolas, embarcaderos y muelles para facilitar el transbordo seguro de mercancías en la costa.
[11] Vitrubio dice que el paso que conduce a la dársena está enmarcada por dos torres altas al final de los muelles:[12] sin duda tienen un valor marítimo —indican a los marineros que vienen por el mar, donde se encuentra exactamente el paso, y por la noche se podía colocar un pequeño fuego como señal luminosa— y militar —donde con cadenas se cerraba el paso al puerto—, pero también tenían un cierto valor decorativo.
Se distinguen diferentes tipos de instalaciones, a veces llamadas Portus.