Ubicada cuatro puertas, dos en cada eje, las cuales se encontrarían en las actuales calles 63 y 14 respectivamente.
El presupuesto era de 40 mil pesos y la construcción duraría dos años.
A su salida, se reinició el proyecto de construcción.
La propuesta se llevó a cabo, empezando la construcción en 1704 y acabando en 1710.
Tiempo después, el rey Carlos III, quien mandó cerrar la Puerta de Guadalupe y la de San Román y se mantendrían cerradas porque había muy poca distancia entre las puertas y el mar, lo cual ponía las cosas muy fáciles para el enemigo en caso de ataque.
Para protegerla, estaba ubicada entre los baluartes de la Soledad y San Carlos.
Daba paso al muelle, que era corto y angosto.
La puerta es de jaby (jabín, madera muy grande), grande y capaz con sus fajas de hierro, delante de ellas está un revellín de mampostería que lo guarnece una estacada por todo él, totalmente inútil, alrededor tiene un foso reducido y su rastrillo y puente levadizo, el que está inútil y sin uso”[3] Desde principios del siglo XXI ofrece de jueves a domingo un espectáculo de luz y sonido llamado “El lugar del sol” dedicado a mostrar la época colonial.
Como la de San Román, facilitó el acceso al barrio que lleva su nombre.
Esta misma se encontró situada a la mitad entre los baluartes de Santiago y San José.