En ese mismo año, Toribio Martínez de la Vega presentó el memorial sobre los materiales a utilizar, constituyéndose también una Junta de Obras para hacer frente a la construcción.Durante los 17 años que transcurrieron entre la destrucción del puente anterior y el inicio de las obras del nuevo, se utilizó como método para cruzar el Segura un puente de barcas, que siguió haciendo su función durante el largo proceso constructivo.Toribio Martínez de la Vega estuvo al frente de la obra hasta 1733, consiguiendo en ese tiempo (tras múltiples inconvenientes) sacar del río el pilar central y los estribos.Siendo insuficiente esta primera ampliación, en 1867 se agrandó todavía más la estructura metálica superior, quedando la imagen del puente tal y como se puede contemplar en la actualidad.El proyecto del Puente Viejo resultó todo un éxito ya que se convirtió en el primer puente de la historia de Murcia que aguantó sin problemas las periódicas inundaciones del río Segura, incluyendo la gran riada de Santa Teresa de 1879.[2] Los murcianos conservan gran devoción por esta imagen mariana, persignándose cada vez que cruzan el puente.