El acceso al puente en el lado de los Estados Unidos estaba controlado por el Texas-Mexican Railway (Tex Mex), que había sido propiedad del Gobierno mexicano desde principios de siglo.
Tex Mex se vendió a Transportación Marítima Mexicana (TMM) en 1982.
En 1996, el gobierno mexicano privatizó N de M y vendió el Ferrocarril del Noreste que conduce al puente a Transportación Ferroviaria Mexicana (TFM), una empresa conjunta entre TMM y Kansas City Southern (KCS).
Uno de los principales argumentos a favor de la fusión fue que aumentaría la competencia en el corredor Chicago-México que había estado dominado por Union Pacific y BNSF Railway.
[2] El puente es el cruce fronterizo ferroviario más transitado de América del Norte.