[2] Generalmente es una impresión a color realizada como parte del proceso de preprensa.
La primera generalmente implica la impresión por chorro de tinta u otras tecnologías (por ejemplo, prueba laminada[6]) para producir copias de alta calidad del arte a producir.
Estos sistemas imprimen cada color de proceso o tintas directas en hojas de película transparentes que luego se registran juntos para visualizar la prueba.
La separación del Negro se procesó sobre base blanca, y las separaciones restantes fueron procesadas sobre hojas de acetato de celulosa transparente, que finalmente fueron sobrepuestas una sobre la otra para simular el resultado impreso.
El principio de electrofax fue introducido en los Estados Unidos por RCA, y el uso de tóneres líquidos fue desarrollado en Australia por Ralph Metcalf y Robert Wright del gobierno australiano.
Otros grupos trabajaron en procesos similares, pero estos nunca llegaron al mercado.
Las capas sucesivas de adhesivo coloreado se presionaban sobre el sustrato, se exponían y lavaban hasta que todos los colores existieran en un solo sustrato.
Esto evolucionó en el producto MatchPrint, que utilizó un proceso de laminación por transferencia térmica.
Tanto Color Key como MatchPrint se han convertido en nombres genéricos para las pruebas de contrato.
También a principios de esa década se introdujeron los sistemas de sublimación láser a color, con productos como Fuji FINALPROOF y Kodak Approval.
Aunque también tiene sus desventajas, este proceso sigue ganando popularidad debido a ahorros en tiempo y menores costos de producción y transporte de cada prueba física.
[10] Proofing ha sido visto como un arte, basado subjetivamente en experiencia, talento y criterio, más que como una aplicación científica basada en mediciones, algoritmos y análisis.
Sin embargo, los impresores confían cada vez más en métodos científicos e invierten en comprar la tecnología necesaria y entrenar en su uso.
Se crea una línea de base ajustando la configuración del dispositivo bajo un conjunto dado de condiciones, imprimiendo pruebas, midiéndolas, y reajustando la configuración hasta que el proceso de salida se lleva a un estado óptimo.
En circunstancias ideales, la prensa también se caracterizará y calibrará utilizando técnicas similares.
Hacer esto con precisión requiere procesos de operación controlados y repetibles, que garanticen que los perfiles de color sigan representando los dispositivos involucrados.
De entrada, los clientes a menudo requieren maquetas físicas del envase real, que podrían ser en cartón, metal (es decir, lata de aluminio), vidrio, plástico, etc.
Sin embargo, su calidad de imagen a menudo es inferior a las prensas offset, y es importante simular esas limitaciones en las pruebas para que los clientes tengan expectativas realistas del empaque final.
De manera similar, ciertos sustratos, como el cartón corrugado, agregan sus propias características a la imagen, y estos también deben ser simulados.