[1] La línea de base suele tener un carácter cuantitativo y puede recurrir tanto a fuentes primarias (producidas ad-hoc) como a secundarias (por ejemplo: censos, estudios previos), pero se prefieren las fuentes primarias dado que muchas veces los proyectos de desarrollo conciernen a un escenario específico no contemplado por otros investigadores.
Cabe precisar que, en ocasiones, no es necesario realizar un estudio de campo debido a que la información necesaria para establecer el año cero puede ser obtenida de fuentes secundarias[5] para poder investigar.
Para su empleo, es necesario recurrir a una muestra que garantice la representatividad de la población objetivo del proyecto.
[6] Las entrevistas permiten una aproximación más amplia al tema evaluado desde el punto de vista de los individuos,[7] pudiendo proporcionar tanto información cuantitativa como cualitativa, pero su costo en tiempo y dinero hacen que se suela emplear este método en pocos casos, usualmente cuando el informante puede proporcionar información muy valiosa.
Los grupos focales permiten conocer la opinión y valores colectivos[8] por lo que resultan un complemento ideal frente a cualquier otro método empleado.