[2] En este sentido, cabe precisar que la evaluación no es un fin en sí misma, más bien es un medio para optimizar la gestión de los proyectos.
[1][2][3][4] Cabe considerar que las evaluaciones ex-ante y de proceso se consideran evaluaciones formativas, debido a que se producen mientras se da la preparación y/o ejecución del proyecto y sus conclusiones sirven para optimizar la ejecución del mismo, en tanto que las evaluaciones de resultados y de impacto vienen a ser evaluaciones sumativas que ocurren al culminar el proyecto e, incluso, un tiempo después de haber culminado, por lo tanto, sus conclusiones servirán para ser transferidas a otras experiencias, pero ya no podrán tener una aplicación directa en el proyecto que ha concluido.
[7][8][4] Es fundamental considerar la evaluación desde las propias necesidades y alcances de las acciones para con la población meta.
Su esquema es el siguiente: Donde: Este diseño permite también efectuar una comparación antes y después del proyecto, pero, además, permite efectuar una comparación antes y después en grupos de similares entre sus características que no hayan estado influenciados por una intervención similar a la del proyecto.
[cita requerida] Su esquema es el siguiente: Donde: Es un diseño muy complicado, además de tener un altísimo costo, por lo que su aplicación merece una fundamentación muy amplia.