El año 1089, Tarragona, que había quedado abandonada durante un siglo como espacio fronterizo entre los dos dominios —el franco y el sarraceno—, inicia su repoblación dentro del proceso conocido como la reconquista del dominio musulmán.Actualmente, cuenta con las diócesis de: En otros tiempos contó con diócesis que a lo largo de la historia habían formado parte de la provincia eclesiástica y que terminaron pasando a otra provincia o desaparecieron: Egara (actual diócesis de Tarrasa), Empúries, Menorca, Mallorca, Ibiza, Valencia, Roses, Huesca, Zaragoza, Tarazona, Calahorra, Pamplona, Oca (Burgos), Amaia y Segia (Valle del Ebro), Alessanco o Alisana (Rioja), Elna, Barcelona.Es la solución adoptada por las diócesis catalanas para poder actuar conjuntamente, puesto que teóricamente tanto la provincia eclesiástica Tarraconense, como la de Barcelona, tendrían que dar cuentas de manera separada e individual a la Conferencia Episcopal Española.La Conferencia Episcopal Tarraconense está a la espera de la aprobación, por parte de la Santa Sede, que dará personalidad jurídica conjunta a las diez diócesis catalanas, en cumplimiento a aquello que se pedía en la resolución n. 142 del Concilio Provincial Tarraconense, celebrado el junio del 2005.[12][13] Esta resolución pedía encontrar "de acuerdo con la Conferencia Episcopal Española, la correspondiente solución jurídica, en orden a una acción evangelizadora y pastoral más eficaz y a una presencia eclesial más significativa en Cataluña, bono y manteniendo la relación institucional con la Conferencia Episcopal Española".
Mapa de la Provincia eclesiástica Tarraconense, con el territorio andorrano incluido