El Concilio Provincial Tarraconense fue una reunión convocada por la Conferencia Episcopal Tarraconense de los obispos con sede en Cataluña que se celebró del 21 de enero al 4 de junio del 1995[1] para profundizar en las propuestas del Concilio Vaticano II.
[2] La inauguración y clausura se hicieron en la Catedral de Tarragona y las sesiones conciliares en el Casal Borja de Sant Cugat del Vallès.
[3] Las 170 resoluciones de este concilio, articuladas en cuatro capítulos sobre el evangelización, los sacramentos, la pobreza y la coordinación entre las diócesis, se entregaron al papa Juan Pablo II el 12 de julio de 1995, y la Santa Sede dio el visto bueno en mayo del 1996.
[6] El junio del 2005 se celebró el décimo aniversario del concilio provincial con una nueva reunión de los obispos con sede en Cataluña, religiosos, religiosas, laicos y laicas de las parroquias y obispados catalanes para valorar y redefinir las propuestas que se aprobaron.
[7] El papa Benedicto XVI animó a poner en práctica las conclusiones del concilio en un saludo a los participantes en la reunión.