Protestas LGBT en los Juegos Olímpicos de Invierno de 2014

Durante el período previo a los Juegos Olímpicos de Invierno de 2014, surgieron protestas y campañas en torno a los derechos de las personas lesbianas, gays, bisexuales y transgénero (LGBT) en Rusia.

Las preocupaciones por los atletas y simpatizantes LGBT durante los Juegos comenzaron en marzo de 2012, cuando un juez ruso bloqueó el establecimiento de una Casa del Orgullo en Sochi y dictaminó que la "propaganda de las relaciones sexuales no tradicionales socavaría la seguridad de la sociedad rusa", y que contradecía la moral pública y las políticas del país "en materia de maternidad familiar y protección a la infancia".

La ley de propaganda había sido caracterizada por los medios occidentales y otros críticos como una prohibición de la "propaganda gay", argumentando que era lo suficientemente amplia como para prohibir cualquier exhibición pública de símbolos LGBT y reprimir la cultura LGBT.

Se aprovechó la presión internacional temprana para obligar al Comité Olímpico Internacional (COI) a trasladar los Juegos Olímpicos a otro país, así como la presión sobre los patrocinadores olímpicos para que se pronunciaran por la igualdad LGBT.

Antes de los Juegos, se ejerció una presión similar sobre los principales patrocinadores olímpicos, y varios no patrocinadores también hicieron declaraciones públicas en apoyo de los derechos LGBT.

Activistas pintaron un paso de peatones frente a la embajada rusa en Helsinki con los colores del arcoíris como protesta.