En la antigua Roma, la Profectio representaba una ceremonia religiosa que celebraba la partida o salida del cónsul, durante la República romana, o del emperador durante el Imperio, de la ciudad Roma (o de otras capitales imperiales, como Mediolanum), especialmente al partir hacia una nueva campaña militar.
Por el contrario, el adventus representaba el llegada del propio cónsul o emperador a la ciudad una vez finalizada la campaña de guerra.
El vasto dominio de Roma obligó a que, en la época republicana y la imperial, se desplazaran desde la capital, el cónsul o el emperador, para dirigirse hacia las fronteras imperiales con el fin de defenderlas o preparando campañas de conquista.
La salida del cónsul o del emperador se celebraba como un acontecimiento muy particular, poco común, o al menos singular.
En algunos casos, la profectio era anunciada por tres deidades monetales, sosteniendo una balanza en la mano derecha y una cornucopia en la izquierda, sobre un montón de monedas a los pies (como en el caso de Marco Aurelio Probo).