También llamados ángeles integradores [cita requerida], los principados son los guardianes de las naciones.
Supervisan aquellos eventos que afecten a las naciones, incluyendo política, temas militares y comercio.
En la iconografía bizantina se los reconoce por su atuendo militar y sus armas que incluyen lanzas o hachas, además del lirio en flor y el sello.
En la catedral de Chartres se representan en hábito sacerdotal; alba y dalmática junto con el evangeliario.
En la catedral de Milán portan en su mano una peña rocosa sobre la que se yergue una fortaleza.