Duró menos de un año, y su único rey fue Napoleón Bonaparte, que volvería a gobernar en Francia antes de su derrota definitiva y la disolución del principado.
Once meses más tarde la abandonó para iniciar el periodo llamado de los Cien Días, que culminó con la derrota de Waterloo (1815).
El Principado de Elba no fue restaurado y Napoleón fue enviado a la isla de Santa Helena en 1815, pasando el principado a manos del Gran Ducado de Toscana.
Napoleón dotó al principado de una bandera nacional blanca con una franja diagonal roja con abejas amarillas (las abejas eran el símbolo imperial de los Bonaparte).
Su estandarte personal fue idéntico pero cuadrado, llevando flecos dorados y una letra "N".