Primer ayuntamiento democrático de España

Para el profesor e investigador de la Universidad de La Laguna, Adolfo Arbelo García, el término democrático no sería el correcto, sino otro como primer ayuntamiento por elección popular que correspondiera al primero de España, donde todos los cargos serían elegidos bienalmente, mientras que en la Península seguirían los regidores perpetuos gobernando junto a los nuevos cargos creados por el Rey.[2]​ El origen del pleito fue el real auto promulgado en 1766 por el rey ilustrado Carlos III de España, por el cual los vecinos de los ayuntamientos que superasen los dos mil vecinos podían desempeñar temporalmente dos cargos, conocidos por Diputado del Común y Síndico Personero del Común.Estos cargos, sin derecho a voto, tenían como función la defensa de los vecinos y la vigilancia de la buena administración.En esta época tan solo existía un Ayuntamiento con competencias en toda la isla, que por entonces contaba con unos 5.000 habitantes.Este hito político ocurrido en una isla alejada de los centros del poder, aunque en la ruta comercial[6]​ y cultural de Europa, con su propia Ilustración[7]​[8]​ y de una Norteamérica cuasi-independiente, ha permanecido desconocido e ignorado a pesar de su importancia histórica al ser un precedente claro de la crisis y caída del Antiguo Régimen, que ocurriría dieciséis años más tarde en Francia, con la Revolución francesa (1789)[9]​ y treinta y nueve años después en España, con las Cortes de Cádiz (1812).