Pleito de los Regidores perpetuos

El origen del pleito fue el real auto promulgado en 1766 por el rey Carlos III de España, por el cual los vecinos de los ayuntamientos que superasen los dos mil vecinos podían desempeñar temporalmente dos cargos, conocidos por Diputado del Común y Síndico Personero del Común.Estos cargos, sin derecho a voto, tenían como función la defensa de los vecinos y la vigilancia de la buena administración."El día anterior, se reunieron los vecinos para designar los 24 electores que habían de elegir a los regidores bienales"[3]​ (un propietario, un administrador de Aduanas, un médico, un abogado y un comerciante para Síndico Personero).[5]​ Añade que esos cargos siguieron en manos de familiares descendientes de los regidores perpetuos, lo que mantenía el poder en una misma élite antidemocrática.La particularidad de La Palma fue que los regidores perpetuos desaparecieron, siendo bienales todos los cargos electivos, mientras que en la Península no, al coexistir el nuevo sistema de los diputados del personero y las regidurías por elección bienal con el anterior de los regidores perpetuos.